Cuando empecé a escribir esto, quería ser escueto. Pero no pude, porque el tema -curiosamente- da para largo.
En cuanto a los sobrenombres hay tres aspectos: los que colocan el apodo, las ‘víctimas’ de ellos., y los tipos de sobrenombre.
Primeramente, quienes se dan la paja de poner un sobrenombre, generalmente son tipos buenos pal weveo, agujas para las tallas y sin defectos físicos evidentes. (¿Alguien ha visto a un tuerto o a un cojo o a un curco bueno pa poner apodos?..no poh, porque los weviarían el doble).
Por otro lado, las víctimas. Si el aludido por un apodo se enoja: cagó. Mientras más le moleste un sobrenombre a alguien, más popular se hace el apodo. En el colegio tenía un compañero que le dijeron “pap” alrededor de 6 años. Un sobrenombre absurdo, estúpido, que a todo esto tenía su génesis en una clase de manualidades, donde a un brillante compañero se le ocurrió crear un ‘detector de nerd’, hecho de greda. Pa puro weviar. Entonces, el sonido que hacía ese detector (absurdo po) se incrementaba cuando había un nerd cerca..’pap –pap –pap –pap’. La talla es mala…objetivamente. Y nadie la consideró mucho, hasta que –claro- uno se enfureció con ser “detectado”, y la talla floreció. Y se perpetuó. Y quedó como PAP.
El inventor de aquel detector de nerd, cargaba con el apodo de “cabecita”, por una peculiar redondez de su cabeza. A mí me decían “mami”. Actualmente se ha divulgado que los aflochis me llaman “cabeza de chancho”, por una ligera amplitud craneal que me caracteriza.
Personalmente, me gustan esos sobrenombres que llegan a remplazar el verdadero nombre de la persona. CARNICERO, es un ejemplo de eso. Quién le dice ‘Alvaro’ a carnicero? Nadie. Y también tiene un contexto mitológico ese apodo: nadie sabe cómo nació, ni cómo se difundió, ni cuando comenzó, ni quien lo puso…no hay rastros, ni pistas, lo que hace mas ‘interesante’ el asunto.
Y para finalizar, me gustaría hacer una mención extremadamente honrosa, a los dos mejores sobrenombres que he escuchado en mi vida.
1.- Carená: Ridículo, simple, extraño y útil….hubiesen conodcido al ‘carená’ entenderían porque es tan genial. Era imposible ponerle un apodo a ese weón. Excepto, ‘carená’. No tenía un rostro particular, simplemente tenía cara de nada. Muy bueno.
2.- Y?: este es posiblemente el sobrenombre que más veces y en las más variadas circunstancias me haya hecho reír. Resumiendo, en el colegio había un compañero que era el punto. Todos lo hueviaban y el no decía mucho al respecto. Buen chato el Pedro (alguien le dijo Pedro alguna vez?..yo primera vez que le digo así). Como en todo curso, había un individuo bueno para molestar, para hueviar, pero de esos molestosos de nacimiento. Entonces lo molestaba todo el día. Hasta que un día, el pedro se avispó, y en vez de enojarse, agarró la costumbre de responder un “y?” ante cada cosa que le decían.
-Ahuenaaao- le decían
-y?- respondía el otro
-cómo tan hueón?
-y?
Entonces eso empezó a desconcertar al tipo q lo hueviaba. Hasta que un día, un buen día, al hueviador se le ocurrió la iluminada idea de decirle “y?”. Y así quedó el Pedro. Era un grito muy gracioso: “yyyyyyyyyyyy????”…jajjajaj…me acuerdo y me río. Buenos tiempos.
Felipe