Ni en los Pica Piedras!!!

Me declaro un callejero, con todos sus acentos. De esos que les gusta caminar por la ciudad y mirar hacia arriba buscando la luz más alta de cada edificio y a la vez impresionandome de hasta dónde hemos llegado. Me gusta caminar con mi personal stereo escuchando la Radio Futuro, con las 2 manos en los bolsillos, despreocupado de las llaves de a casa (sé que si estoy de pie no se me van a perder); ojalá que con algún agente en la cabeza- hoy fueron cervezas-que te llevan un poco más alla. No hay cansancio que me coarte de salir por la vereda, mirar un buen poto, descubrir pasajes nuevos (que acá en Santiago hay muchos que son muuuy bonitos, no necesariamente antiguos), descargarme de un día chato en la U, y, qué sé yo...montones de alegrías que me entrega el básico ejercicio de la caminata sin

La cuidad que se recorre puede ser irrelevante, con las personas que te cruces puede no importar, el tiempo que demores menos, pero sí es de suma obligación ir con buena música, ojalá una que no conozcas y que sea impredesible, que sin escucharla te suba al inexplorado ascensor. La buena música, con acordes novedosos pero no ruidosos, pegotes pero no poperos o de las víceras y no del bolsillo, te cierra una puerta al resto de los sentidos. Los ojos ven pero no miran, están desajustados. El galope toma ritmos apasiguados como una nube, y lo mejor de todo, es que si no abres la boca para cantar o silvar una canción, se queda cerreda. Los audifonos desintegran miles de elementos de la calle como si fueran de humo y la música les echara viento.

Pero hay impulsos que no se pueden dejar pasar, ni aunque en la radio suene AC/CD a too chancho. En especial en la Capital, que se llueve de carteles y publicidades y te llaman la atención y paran tus orejas como si fueran fuegos artificiales (que en sentido figurado lo son). Una de las caracteristicas más potentes del capitalismo dice que "todo se puede lograr, nada es imposible". Así me lo demostro el cartel más triste, desalentador y patético que he visto en años y quizás es lo más feo que me ha tocado leer: " Conoce tu misión en la vida...estudia Ciencia y Educación Familiar". El texto sólo no dice mucho, pero estaba acompañado por la foto de una mujer como nuestras viejas, de unos 50 años, con cara sonriente (falso), contenta (falso), íntegra (falso). No digo que una mamá que optó por quedarse en la casa no sea feliz, ojo. Pero me molesta que aún sigan viendo a las mujeres como una aspiradora o un lustra muebles. Ya no son nada de eso. Tenemos a una Presidenta mujer, qué otra prueba necesitan estos conservadores para entender que somos iguales, 2 cocos o 2 pechugas no hacen la diferencia, sí 2 neuronas que, afortunadamente, no tienen complejos por el sexo y tiran pa los 2 lados. Un cartel como ese bajó el nivel de la música, enredó los audifonos, me frunció las cejas, me hizo rascar la tera, tirar una putiada, rascarme la nuca, pruguntarme qué onda acá...me descolocó, pensé que ya habiamos pasado esa etapa, pero siguen.

No sé si estoy gruñón o he tomado conciencia sobre algunas cosas, pero el hecho de toparme con ese cartel me deprimió un poco y mejor me devolví pa la casa retomando la caminata, esta vez pensando en este escupo.

Pozzi y los 40 Ramones.