Hermano: ¡No!

El otro día mi hermano me hizo un comentario acerca de dejar espacio en la pieza porque está pensando en comprar una máquina para hacer ejercicios… no estoy bromeando.
Sólo para las estadísticas. Hace años atrás mi papá compró una maquina bogadora, con bicicleta incluida. La usamos un mes, más por saber que era plata botada que por costumbre. La vendió, convirtiéndose en el único negocio bueno que hizo en su vida. No ganó plata pero al menos no perdió…por lo demás, costumbre muy típica en nuestra familia.
En el entretecho está tirada esa cuestión circular para hacer abdominales, uno de los primeros que salió al mercado de los Llame ya. Complicado para guardar bajo la cama. Había que desarmarlo. Por eso no lo ocupaba mucho. Mi papá, obstinado por no reconocer el error, lo usó una semana en el living antes de ir al trabajo.
Después (parece broma), volvimos a caer y a comprar una cosa que parecía un rodillo en donde uno se hincaba y se estiraba hacia delante. Y después se devolvía. Reconozco que lo usé y avalo que funciona. Siempre y cuando se pertenezca a ese extraño grupo de gente constante y metódica. El agarrarlo cuando buscaba calcetines bajo la cama no fue, ni será nunca, efectivo.
Pienso que la flojera tiene que ver también con resultados inmediatos, con la paja de esperar un año para tener la guata plana. No servimos para hacer ejercicios todos los días, salvo que estemos entrenando por un equipo como antes.
Felipe, por intermedio de este medio te digo que no. Que no sirves para tener una máquina de ejercicio en la casa, si quieres trotar el estadio está al lado…además el entretecho ya está lleno

Pablo Otaíza