La Vida del Profesor

Uno es bien tonto a veces. Hace cosas que no debería y deja de hacer las que corresponden.
En la Universidad siempre me pasaba que un profesor formulaba una pregunta durante clases. Todos en silencio. Nadie al parecer sabía. Pero uno tiene una respuesta. Está seguro que es la correcta. De pronto, alguien se atrevía a responder. Pero el profesor, disconforme, le respondía con un “mmmm…puede ser….pero no es eso”. Y uno pensando aún, que lo digo o no lo digo, que me atrevo o no me atrevo. El segundo en arriesgarse recibía un “por ahí va…por ahí va”. Y uno sigue en la disyuntiva, decirlo o no decirlo. En ese momento el profesor, ya cansado de tanta ignorancia, entrega la respuesta. Y uno –bastante aweonao, hay que decirlo- lamentándose, porque efectivamente era la respuesta que uno había pensado. Entonces qué pasa?. A la siguiente ocasión que el viejo pregunte algo uno se compromete a hablar. A responder. Y lo hace. Pero cuando das tu opinión el profe responde con un “NO!...”. seco y rotundo. Ni siquiera cerca de lo q el viejo esperaba escuchar. En esas circunstancias uno trata de disimular..”aaa claro”, o “aaa desde esa perspectiva lo esta viendo usted?”.

Está el clásico viejo también que entrega casi la totalidad de las respuesta, pero deja la última sílaba para ser completada: “y ese hombre fue Juan Pablo Segun…”. Y uno –bastante aweonao, insisto- responde con un entusiasta “doo…”.

Respecto al colegio, es raro pensar que la vida de un weon adulto (un profesor), este condicionada por el comportamiento de pendejos. O sea, el tipo que estudió 5 años en la Universidad, que se desveló haciendo trabajos, que sudó la gota gorda pidiéndole al profe que corriera la prueba, que copió, que sopló, que opinó, que refutó y que hizo quizás cuanto otro esfuerzo, hoy en día este severamente preocupado porque los niños de su curso dicen muchos sobrenombres, o porque las minas de tercero medio ocupan la falda muy corta, o porque los pendejos de cuarto no se han cortado el pelo, o porque un cabro chico de octavo anda con el pantalón de otro color al que se exige, o porque durante el recreo se mojan demasiado el pelo (como si no hiciera calos en noviembre). Y todo eso en los colegios donde no hay problemas mayúsculos, porque en algunos liceo los tipos deben preocuparse del tráfico de cocaína en los pasillos, o de las peleas entre alumnos y profesores, o de los punkies que no se junten con los skin, o porque fuman hierba en los pasillos, y mucha mucha basura más. Debe ser frustrante en los dos casos.
Hay profesores magistrales eso sí, hay que reconocerlo. Tipos inspiradores. Geniales.

Felipe