La Gota Gorda (aporte de Pablo Otaíza -alcalde- socio # 4)

"Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado…" (Génesis 3:19). Esa es la sentencia de dios. Fuerte y clara, en contra del ingenuo de Adán que comió de la manzana- y algo más- de Eva. Contrariamente a la mayoría de las veces, el creador le dijo las cosas por su nombre: de ahora en adelante tendrás que trabajar para comer. Ese es el verdadero castigo divino.
Quién diga lo contrario, eso de que el trabajo dignifica, de seguro le gusta la manzana (en sentido figurado).
El trabajo en sí está creado porque nos es imposible conseguir, a buenas y primeras, lo que queremos, el esfuerzo, a cambio de lograr algo, es gratificante según algunos. No me inscriban en ese grupo.
Ahora, el trabajo remunerado, ese sí que es una forma de pagar los pecados. Trabajar por hacer el trabajo de otro, el que a cambio me da dinero para comprar comida a uno de sus amigos, (si es que no es él mismo), es tratar a los demás tal cual tratábamos a los bueyes. Sólo que ahora los bueyes se han vuelto más tontos y compiten entre ellos, todo por comer un poco más de pasto.
Muchas veces me han tildado de flojo (de hecho escribo esto mientras estoy trabajando), y yo mismo me considero uno de primer nivel. Sin remordimientos por estar harto rato acostado, viendo tele, viendo infomerciales si el control remoto está muy lejos, o no levantándome a hacer pichí mientras estoy acostado, por el simple placer de hacer una cosa menos en el día.
Para los que creen en dios (flojo por naturaleza) hasta él descansó un día, y no se tomó un recreo, se tomó TODO el día. Y aquí entre nos, los otros seis, debe haber sacado harto la vuelta, ¡porque pucha que le quedó mal la cuestión!.Todo porque parece que no le gustaba mucho hacer las cosas, y cuando un tonto se puso proactivo, lo mandó derechito al infierno. ¡Que se vaya con sus cosas raras a otra parte!.
Pero si hasta cuando mandó a su hijo, este resultó harto flojonazo. Su pega era salvar al pueblo, liberarlo…y no quiso saber nada con eso, ni con trabajar.
De seguro es más fácil que entre un flojo al reino que un proactivo.
Debemos entender entonces que cuando nos prometen volver al paraíso, estamos hablando de un lugar hermoso, tranquilo, sin tener que sudar la frente para conseguir nuestro alimento…y es exactamente como siempre me lo he imaginado.

Pablo Otaíza
www.tusmicrocuentos.blogspot.com